Quizás este reencuentro fue extraño (o los extraños ya éramos nosotros), o raro de cojones, vaya si lo fue. Pero fue un principio y ahora casi prefiero los comienzos imperfectos. Aunque choque, aunque remueva, aunque duela, lo más bonito, lo más valiente y lo más humano, probablemente sea abrazar estas cosas.
Ya sabemos lo que es fácil, lo que no nos aporta nada nuevo y lo que nos mantiene sedados con una equivocada sensación de felicidad. Crees que dormido serás más feliz? Como vas a conocer la plenitud si no conoces más que la carencia…
Esta nueva ruta es más salvaje, más solitaria, perderse es fácil y encontrarte con quien no quieres también. Lo bueno es que esta vez tienes tu la cura de tus enfermedades y probablemente ahora lleves un chaleco antibalas.
Espero que ya nada sea el fin del mundo, y todo sea el principio de algo mejor, por que incluso los finales lo son.
Pat